lunes, 21 de febrero de 2011

Segunda parte. Hasta crees que ya tengo título.

Tranquilamente se sentó a esperar en la sala. No tenía prisa de ver un bonito regalo que habría de tener. Al fin llegó su abuelo, con un vestido blanco colgado en un gancho de plata.

El siempre hacía esa clase de regalos. Adipsia lo recibió con mucho gusto y se lo probó, solo encima de la ropa. Junto con su abuelo bailó algo así como un vals. La figura sin niguna línea curva de Adipsia se movía casi tan torpemente como la de su abuelo. Se reían tanto... Su abuelo se sentó y adipsia se limito a seguir observando su vestido frente al espejo de cuerpo entero, al que su familia sólo llamaba "refrigerador"

Sumida en sus pensamientos, no notó que su padre estaba viéndola tambien, soltó una risa urlona y se fué. LLegó despues de unos segundos con su esposa.

"Adipsia, ¡¿qué demonios haces?!" vociferó a duras penas la incrédula mujer.

"¿cuánto papel higienico gastaste en esa cosa?" dijo su padre con un gesto severo.

"No he gastado nada de papel higienico, se llama VES-TI-DO me lo regaló mi abuelo"

" Ah, entocces fué tú papá" dijo El padre de Adipsia señalando a Lucía. Lo hizo de una manera tan pomposa y exagerada que nadie sabía si el hombre conservaba su cordura todavía.

Viendolo bien, con tanta tela sobre tela sí asemejaba a mucas tiras de papel higienico rasgado, pero No, Adipsia misma lo había recibido y hasta festejdo con su abuelo. NO se podía creer que sus padre fueran tan groseros e irrespetuosos con él viejo.

"Dámelo Adipsia" dijo su Mamá intentando conservar la paciencia. "La quincena es dentro de mucho, no nos podemos dar estos lujos" Pero adipsia no lo soltaba. Por única vez iba a defendar lo que era suyo. Suyo y de la persona a quien más amaba.

"Que me lo des niña!"
"NO!"

Y tras tanto jaloneo, obviamente el vestido se rompió.

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