lunes, 21 de febrero de 2011

Primera Parte. No tengo título aún.

"Despierta ya, Lucía." El hombre sacudió duramente a la mujer que "amaba" y a la cual llamaba esposa. "Mierda, ¿vas ya a atender a tu parásita?"

Adipsia oyó esto último. Le dolía mucho oír a su padre hablar de ella tan peyorativamente, al grado de decirle "Parásita". Lo único que era ella era una jovencita, con sueño como cualquier otra. Su madre no estaba bien al permitir eso.

Bajó rápidamente las escaleras la cocina, si su padre la veía ahí espiando podría causar más problemas. No quería eso. Abajo, como siempre estaría su abuelo esperándola, tomando un café con olor muy fuerte, el cual Adipsia estaba dispuesta a tolerar. Se fundían en un abrazo grande, grande y se daban los buenos días. Charlaban unos pocos minutos entonces Mamá y papá bajaban a desayunar. Mamá preparaba algo para todos. Adipsia siempre recibía gustosa el plato de su abuelo, era muy servicial.

Esta mañana se repetía la historia, La joven acababa de entregar el plato a su abuelo y estab apunto de recibir su tazón de avena cuando volvió a ser atacada por los comentarios de su Padre "¿Para qué le das un plato de más? Que NO coma. Cree que puedo gastar en estas idioteces.."
Mamá hizo caso omiso y le entregó a Adipsia el segundo plato. Ella también tenía que comer. Tan desaliñada como siempre, Su papá hacía cuentas y Adipsia estaba bien conciente; su madre NO estaba bien. Siempre, Adipsia veía tirada comida a la basura, ¿porque mamá cocinaba siempre un plato de más?.

En la escuela Adipsia pasaba sin pena ni gloria, era distraída y hacía cosas fuera de lo común. Resaltaba entre los demás. Recibía trato especiales de su psicologa, por su... situación familiar.

Ese mismo día al volver de la escuela Adipsia notó que su abuelo no estaba. Era una buena señal... Estaba comprandole algo nuevo...

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